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Depresión y envejecimiento: Un riesgo mayor

Introducción

La depresión es una enfermedad importante que afecta a millones de personas. Se presta poca atención a los riesgos que presenta la edad avanzada. La depresión puede afectar a los adultos mayores y, por desgracia, éstos suelen estar menos preparados para afrontarla. La vejez presenta retos diferentes a los de la vida temprana y media y, por lo tanto, debe abordarse de manera diferente. Lea nuestros consejos a continuación.

Trastorno depresivo mayor

Trastorno depresivo mayor es el nombre clínico de lo que la gente suele denominar depresión. Es un trastorno del estado de ánimo que se da con más frecuencia en mujeres que en hombres, pero ocurre en un 10-20% de la población a lo largo de su vida. Suele aparecer en la tercera década de la vida. Investigadores y médicos creen que existe un componente genético y otro psicológico. A favor del primero, los familiares de primer grado de pacientes con depresión tienen ellos mismos más probabilidades de desarrollar depresión. Los gemelos idénticos también tienen un mayor riesgo si uno de ellos padece depresión. También existe un componente psicológico, ya que las personas que sufren experiencias traumáticas o estresantes son más propensas a padecer depresión. Por último, enfermedades crónicas como la enfermedad de Crohn, la enfermedad de Alzheimer y el lupus eritematoso sistémico aumentan el riesgo de depresión.

La depresión es un diagnóstico clínico, lo que significa que debe cumplir determinados criterios clínicos. En concreto, los pacientes deben experimentar cinco o más de los nueve síntomas que se indican a continuación durante más de dos semanas, siendo al menos uno de los síntomas un estado de ánimo depresivo o poco interés por hacer cosas. Los síntomas son los siguientes

1. Estado de ánimo depresivo durante la mayor parte del día
2. Alteraciones del sueño (dormir demasiado o dormir muy poco)
3. Anhedonia
4. Sentimientos de inutilidad o de culpa desproporcionada
5. Fatiga o pérdida de energía
6. Disminución de la concentración, la cognición y la capacidad para tomar decisiones
7. Aumento o pérdida de peso debido a cambios en el apetito
8. Agitación física o ralentización de los movimientos
9. Ideación suicida

Estos síntomas deben afectar a aspectos importantes de la vida, como los estudios o el trabajo. Además, no deben deberse a otras enfermedades médicas, al consumo de sustancias ni a otro trastorno psiquiátrico. Si la persona ha experimentado un episodio de manía o hipomanía, estos síntomas no pueden clasificarse como Trastorno Depresivo Mayor, sino como una afección mental diferente.

Riesgos de depresión en las personas mayores

Los últimos acontecimientos de la vida, como las enfermedades crónicas, la muerte de seres queridos y el aislamiento, pueden aumentar las probabilidades de sufrir depresión. Incluso contratiempos esperados, como dolores articulares, cambios en la visión o afecciones médicas leves, pueden hacer que las personas se sientan más aisladas y desencadenar sentimientos de depresión.

Además, hay algunas pruebas de que los cambios corporales naturales que se producen con el envejecimiento pueden aumentar el riesgo de depresión de una persona. Por ejemplo, los adultos mayores suelen sufrir carencias vitamínicas debido a los cambios en la dieta y al aislamiento social que les hace cambiar sus hábitos alimentarios. Las deficiencias de vitamina B12 y folato pueden causar síntomas mentales como cambios en el estado de ánimo y la concentración.

La depresión en los adultos mayores es especialmente preocupante porque se asocia a peores resultados. En particular, los adultos mayores con depresión tienen mayores tasas de mortalidad, más sentimientos de soledad y menos satisfacción con sus vidas.

Medidas para las personas mayores

El primer paso es reconocer que la depresión es una enfermedad real que puede afectar negativamente a la vida. El siguiente paso es pedir ayuda. Algunas personas se sienten más cómodas acudiendo únicamente a su médico. Otras se sienten más cómodas acudiendo a su familia y amigos, además de a su médico.

Si no te sientes cómodo contándole a nadie lo que sientes, el mejor primer paso que puedes dar es enfrentarte a ti mismo. Pregúntese en qué aspectos de su vida puede sentirse aislado, qué otros factores pueden estar afectando a su salud mental y a quién podría acudir en busca de ayuda. Pedir ayuda no es fácil, pero estos pequeños pasos pueden ayudarte a sentirte más cómodo.

Resumen

Los adultos mayores corren un mayor riesgo de padecer depresión, una importante afección médica asociada a peores resultados en la tercera edad. Aunque muchas personas no se sienten cómodas hablando de su salud mental, es importante reconocer el deterioro de la salud mental para evitar el aumento de las tasas de mortalidad y el empeoramiento de la calidad de vida asociados a la depresión.
Los médicos, los amigos y la familia suelen ser recursos fantásticos para los pacientes. Póngase en contacto con Anti-Aging and Wellness Clinic para obtener más información sobre el envejecimiento saludable y las medidas que puede tomar para mejorar su salud mental hoy mismo.

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